Este texto se publicó en ABC el 7 de diciembre de 2021
La predicción del comportamiento del consumidor en base a sus búsquedas en internet tiene los días contados. Recibir un anuncio en una página web relacionado con nuestra navegación en la Red y con las huellas personales que vamos dejando supondrá una misión casi imposible a finales de 2023. Hasta ahora, las marcas han sido capaces de adelantarse a los deseos consumistas de los usuarios gracias a los algoritmos que operan con la información recabada de los usuarios que recogen navegadores como Google Chrome.
Sin embargo, dentro de unos dos años la publicidad digital personalizada sufrirá un revés por el impedimento que la multinacional tecnológica impondrá a terceros a la hora de recabar información de su navegador. Las conocidas como ‘cookies’ de terceros son utilizadas para ‘espiar’ las costumbres de los consumidores en internet, enviarlas a un tercer dominio y en base a estos datos convertidos en resultados después por un algoritmo, ofrecer al usuario un anuncio personalizado en función de sus búsquedas.