Este artículo se publicó en el HUFFINGTON POST el 17/5/2020
West Point es la academia militar más antigua y exigente de Estados Unidos. Cada año se presentan a las pruebas 15.000 alumnos para luchar por una de sus 1.200 plazas y todos comparten resultados académicos excelentes y aptitudes físicas envidiables. Sin embargo, históricamente, el 20% de los cadetes abandonaba la institución en las primeras semanas. Esta cifra se convirtió durante años en un quebradero de cabeza para psicólogos y docentes, incapaces de averiguar por qué una tasa de abandono tan elevada si la preselección era, en principio, impoluta.
La psicóloga Angela Duckworth (Universidad de Pensilvania) viajó el verano de 2004 a Nueva York para analizar a más de mil cadetes de primer año e intentar revelar el misterio. Duckworth diseñó una encuesta en los que se testaba, además de sus capacidades intelectuales y físicas, la voluntad de los alumnos para perseverar en sus objetivos a largo plazo. El grado de predicción fue altísimo, bautizó el test como GRIT y el modelo se convirtió en un referente. ¿Las conclusiones? Los líderes, al margen de talento, poseen determinación. ‘La combinación de pasión y perseverancia es lo que distingue a los grandes triunfadores. Poseen GRIT’, afirma Duckworth.
Su conferencia TED sobre el método se viralizó en el año 2013 (ya suma más de 20 millones de reproducciones) y en 2016 escribió el libro GRIT: El poder de la pasión y la perseverancia, un best seller aplaudido por personalidades como Arianna Huffington (fundadora del HuffPost) o Brad Stevens (entrenador de Boston Celtics). ¿Por qué? Básicamente, Duckworth defiende que la clave del éxito es el carácter y la tenacidad.
Esta teoría arrincona el talento, tan aplaudido siempre, para centrarse en la resiliencia y defender que importa más la actitud. Y, sobre todo, en defender que el éxito es una cualidad que depende más del aprendizaje que de la genética. ¿Se puede aprender a tener éxito? Sí.
Por su parte, el periodista y sociólogo inglés Malcolm Gladwell, en esa misma línea, ha desarrollado la teoría de las 10.000 horas en su libro Outliers para explicar porqué algunas personas tienen éxito. Según Gladwell, 10.000 horas de dedicación es lo único que te separa del éxito en cualquier disciplina. Los Beatles se convirtieron en Los Beatles porque entre 1962 y 1964 tocaron cada día durante 8 horas en un club de Hamburgo y Bill Gates es Bill Gates porque antes de cumplir los veinte años, invirtió diez mil horas trasteando delante de un ordenador.
Tu éxito no depende de tu talento si no de tu disciplina. Antes de Duckworth ya creía más en el esfuerzo que en el talento, después de Duckworth, ya no soy el único loco que cree más en el esfuerzo que en el talento. Seguiré intentado rodearme con gente con talento y GRIT, pero siempre va a ponderar más las ganas y la pasión que el talento aislado.
Y yo mientras tanto seguiré con determinación hasta conseguir mis objetivos, que aún quedan muy lejos.